El reajuste de tan solo un 20% sobre el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias perpetúa una confiscación al salario y, más aun, la profundiza. Durante 2010, la rebaja será en realidad del 10%, porque tratándose de un impuesto anual, al regir desde el 1º de julio, su impacto será sólo de la mitad para este año.