La “Nueva Secundaria” es para devaluar la escuela media
El ministro de educación bonaerense, Mario Oporto, anunció la “nueva secundaria” como una acción progresista del gobierno, que vendría a resarcir a la sociedad de la destrucción de la escuela media en la década del noventa. Pero le salió mal, porque docentes y padres recibieron el anuncio con desconfianza. Más aún, los docentes repudiaron masivamente la reforma en la jornada provincial convocada para tratar su implementación. Los objetivos de los ministros Sileoni y Oporto y de la Ctera (que apoya la reforma) son completamente reaccionarios. 1.- Pretenden colgarle a los docentes la responsabilidad del derrumbe educativo: Cerca de 900.000 jóvenes en edad secundaria no estudian; “ a partir del 2003, la matrícula de la educación secundaria común a comenzado a descender, fenómeno que se verifica exclusivamente en el sector estatal”; “sólo la mitad de los alumnos del secundario llegan al último año de estudio en el término correspondiente” ( el resto repite) y “el 52 por ciento de los jóvenes de 20 a 29 años no cuenta con el certificado de escuela secundaria” ( Documento del Ministerio de Educación de la Nación). Los motivos que los funcionarios utilizan para justificar los cambios son la expresión de su responsabilidad en la destrucción de la secundaria. 2.- Quieren hacer una escuela más flexible, tanto en los contenidos cuanto en los ciclos y las condiciones para recibirse. Quieren devaluar la escuela secundaria, no mejorarla. Eso es así porque como el mismo Ministerio de Educación Nacional dice en su revista institucional “para los requerimientos –mínimos- de la actual oferta laboral, a los estudiantes egresados del secundario les sobra capacitación” (El Monitor, noviembre 2007). Entonces, hay que bajar el nivel y, como dice Alberto Sileoni “Simplemente, se ayuda a que la persona pueda. Sería una indignidad del Estado regalarle el título. Pero el Estado está obligado a abrir puertas y dar posibilidades” (La Nación, 25.07.09). Según los ministros, ésta sería una secundaria para formar para el trabajo. Entonces, cuanto menos se enseñe menos valdrá la fuerza de trabajo de los alumnos que egresen de la “nueva secundaria”. Es una escuela para abaratar la mano de obra para las empresas. 3.- Adecuan la escuela a la situación actual de los trabajadores (“la mano de obra”). Hoy, más del 40 por ciento de la población está por debajo de la línea de pobreza. La mayoría de esos pobres no son excluidos (desocupados) sino trabajadores. El 45 por ciento de la mano de obra ocupada está en negro, y la mayoría del resto de los trabajadores está flexibilizado por tercerizaciones o diversas formas de contrato precario. No requieren de una formación importante. Adecuar a la escuela y a los educadores a esta situación significa desvalorizar lo que se enseña y a los que enseñan. 4.- El planteo es educar para la empleabilidad, utilizando el método creado en Estados Unidos de educar por “competencias laborales” que, según la definición aportada por la Universidad Pedagógica de la Provincia de Buenos Aires, es “una construcción social de aprendizajes significativos y útiles para el desempeño productivo en una situación real de trabajo , que se obtiene no sólo mediante la instrucción sino también, y en gran medida , mediante el aprendizaje por experiencia en situaciones concretas de trabajo”. No importa que sepa, sino que sepa hacer ¡! Importan las pasantías en las empresas y las enseñanzas de los que saben hacer ese trabajo: Los trabajadores o los capataces de esa empresa. Por eso, la “nueva secundaria” también deberá certificar saberes productivos que el alumno trae de afuera, es decir, adquiridos al margen de la educación formal. Para esta educación que embrutece, no son necesarios los profesores ¡ 5.- De la mano del punto anterior viene la precariedad y flexibilidad del trabajo docente. La “nueva secundaria” plantea una “nueva normativa” que eliminará progresivamente el Estatuto Docente y la estabilidad laboral, porque un porcentaje que puede llegar al 50 por ciento del cargo del profesor deberá ser compuesto por horas o módulos institucionales extra-curriculares (Tutorías, terminalidad, etc.), que se renuevan anualmente por proyectos que deben ser aprobados por los directivos de los establecimientos, si esos proyectos están en sintonía con la orientación de esa escuela. 6.- La propia escuela secundaria formal tiende a desaparecer, porque en el proyecto presentado por la Subsecretaría de Educación de la provincia de Buenos Aires se señala que esta “nueva escuela secundaria inclusiva” se podrá llevar a cabo en: “Centros de Escolarización de Adolescente y Jóvenes”; “Centros de Finalización de estudios y Vuelta a la escuela”; “Centros para la permanencia: Becas, Caj, Patios Abiertos, Tutorías”, todos lugares fuera de la educación formal. La “nueva secundaria” es a la escuela media como la ley de las “madres cuidadoras” a los jardines de infantes”, ley que permite que un puntero ponga en una casa a una mamá a ejercer la tarea de una maestra jardinera ¡! Debemos rechazar esta reforma, que transforma a la “nueva secundaria” en institutos Pitman devaluados, costeados por el estado. La educación secundaria y la educación a secas es incompatible con el actual régimen político y social. TRIBUNA DOCENTE

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